Por: Luciano Revoredo
Esa enfermedad mental que insisten en llamar progresismo y que todo lo envenena, tiene desde hace décadas bajo amenaza los roles de padre y madre. Los activistas de la ideología de género y las feministas están empeñados en eliminar todas las distinciones entre hombres y mujeres, entre padres y madres.
Está clara la existencia de una agenda ideológica que plantea que palabras como marido, esposa, padre y madre deben desaparecer del habla y las leyes. Y están dispuestos a que, si no lo logran a través del adoctrinamiento a todo nivel, pasar a una segunda etapa que será tiránica y que consiste en imponer un pensamiento único a través de leyes que pretenden reeducar a los ciudadanos. Para este juego se prestan los cientos de oenegés vendidas al globalismo progresista y sus aliados en diversas instancias de los gobiernos.
Recientemente se ha producido un escándalo cuando un grupo de legisladores holandeses encargados de redactar “proyecto de ley integral” para hacer ajustes y correcciones a las leyes existentes. La idea era una revisión que permita perfeccionar las leyes en cuanto a errores ortográficos, la puntuación para hacerlas más legibles o mejorar las referencias a otras leyes. Es decir, un trabajo que aparentemente es inofensivo y que no cambia la naturaleza de las leyes.
Sin embargo, los legisladores encargados de esta revisión fueron más allá. Su corrección era reemplazar la palabra “madre” con la ridícula frase “persona de quien nació el niño”. Esta “corrección” de inmediato, pasada de contrabando, debía ser adoptada por los registros civiles.
Esta nueva definición de madre podría haber pasado desapercibida, ya que el proyecto de ley era acompañado de una presentación tramposa que advertía que el proyecto de ley no debía ser debatido ni dar lugar a discusión en la cámara ya que solo contenía cambios técnicos lingüísticos y corrección de errores ortográficos.
Felizmente, políticos conservadores holandeses y flamencos y miembros de la derecha estuvieron presentes para señalar que este cambio no es una mera cuestión de semántica.
Reemplazar la palabra “madre” con “persona de quien nació el niño”, no es una cuestión propia de una corrección en cuanto a redacción y ortografía. Se trata de un bien pensado contrabando de carácter ideológico, para seguir minando la sociedad y la cultura occidental.
En su locura por destruir todo lo que hay de bueno incluso caen en flagrantes contradicciones. Pues estos progresistas que quieren destruir la familia eliminando a las madres y los padres, dan categoría de madre a la “persona de quien nació el niño”, son los mismos que niegan esa definición que otorga derechos, cuando se trata de los casos de vientres de alquiler, para, por ejemplo, parejas de homosexuales. En ese caso la “persona de quien nació el niño”, no existe, es bloqueada y solo cumple el papel de mera alumbradora de niños para una maquinaria infernal de cosificación del ser humano.