Miscelánea

LOS JUEGOS PANAMERICANOS 2027

Por Juan Carlos Suttor
Como todos ya sabemos los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos del 2027 se llevarán en cabo en la ciudad de Lima por segunda vez, motivo por el cual una noticia como esta es algo que debe alegrarnos y enorgullecernos a todos los limeños y peruanos. Esta noticia sin duda ha sido, además, un alivio ante tanta crisis política, el crecimiento de la delincuencia y el decrecimiento de nuestra economía.
Como sabemos también, inicialmente el evento estaba destinado a realizarse en la ciudad de Barranquilla, Colombia. Este encargo fue cancelado el 3 de enero último por Panam Sports, organización que lidera el Movimiento Olímpico en las Américas, apoyando a los 41 Comités Olímpicos Nacionales miembros en todo el continente, por haberse incumplido con parte de los compromisos asumidos —¿Qué menos podría esperarse del gobierno comunista de Gustavo Petro?—. Apenas dos semanas después de que la sede quedara vacante, Lima ya tenía lista su candidatura para competir con la de Asunción, Paraguay, que, muy por el contrario, venía preparando su postulación desde hacía por lo menos un año.
El éxito obtenido la semana pasada, solo fue posible por el compromiso de todas las autoridades implicadas en el tema, desde Renzo Manyari, presidente del Comité Olímpico Peruano (COP), Carlos Zegarra, director del Proyecto Legado, la presidente Dina Boluarte, el presidente del Consejo de Ministros Gustavo Adrianzén, el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, por supuesto de Carlos Neuhaus, el gran artífice del éxito de los Panamericanos 2019 y seguramente de muchas personas más que han apoyado.
No podría dejar de mencionar el estúpido mensaje del presidente de Comité Olímpico de Paraguay, Camilo Pérez —las cosas claras—, quien dijo “Paraguay es un país seguro, fuerte, moderno y muy democrático. Donde nuestros gobiernos cumplen sus mandatos, están firmes y sobre todo nuestro presidente Santiago Peña tiene su mandato constitucional hasta agosto del 2028”, queriendo insinuar que en Perú no se vive en democracia y no se respeta la Constitución Política. Pobre diablo, que su país lo juzgue por su fracaso y por no haber logrado la sede.
Que no quede duda de que un factor que jugó a favor de nuestra ciudad en esta elección fue la infraestructura deportiva existente después de los juegos del 2019 y el éxito que tuvo el evento. Pero también es cierto que hay que reconocer el trabajo realizado por Legado, que se encargó no solo de mantener en buen estado las obras que nos dejaron aquellos juegos, sino también de que estas sigan en funcionamiento para aquello para lo que fueron construidas.
Gracias a Legado no ha pasado lo que sucedió luego de los Juegos Olímpicos de Atenas en el 2004, de Río de Janeiro en el 2016 o la Copa Mundial de Fútbol de 2010 en Sudáfrica, que dejaron instalaciones en estado deplorable, sin mantenimiento y sin uso alguno para los residentes de dichas ciudades, pese al gran costo que habían demandado. Es destacable que el Perú no haya seguido ese desastroso camino.
Más allá del orgullo por este nombramiento, y como lo dijo Carlos Neuhaus la semana pasada “la ciudad debe pegar una acelerada con las obras”. Si bien en infraestructura deportiva estamos bien, comprobado por Panam Sports, a nivel de ciudad vamos bastante retrasados. Quizás el mayor reto que las autoridades deben resolver de acá al 2027 es mejorar la gestión del tránsito para acoger el gran flujo de visitantes que llegarán a nuestra capital. Sin dejar de mencionar el tema de la seguridad ciudadana.
Estos juegos pueden ser entonces una oportunidad de oro para incentivar a las autoridades a terminarlas en los próximos tres años. Ahí están los accesos definitivos del nuevo aeropuerto que se inaugurará a fines de este año, la vía expresa que conecte a este con la Costa Verde y la línea 2 del Metro, que no tiene cuando terminar, entre otras muchas obras.
Y si bien hay un grupo de ciudadanos, respetables o no, que se oponen a la realización de estos juegos en Lima, aduciendo que los peruanos tenemos necesidades más importantes como colegios, postas médicas, hospitales, infraestructura vial, etc., yo considero que es una excelente oportunidad para, dejarle a nuestra capital un cúmulo de obras que mejoren la vida de sus residentes para la posteridad, además de la imagen que dejaremos a América como país.
Según la información que se ha publicado, los juegos del 2019 tuvieron un impacto de S/ 5.200 millones en sectores como construcción, comercio, transporte y alojamiento, equivalente al 0,7% en el PBI, así como la generación de 500.000 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos. La operación de estos Panamericanos va a costar US$ 369 millones y la inversión en Lima sería de US$ 1.300 millones.
El ministro de Economía y Finanzas, José Arista, ha manifestado que otro de los impactos positivos de los Juegos Panamericanos recaerá en las empresas que ya están establecidas. “Se calcula que por cada dólar que se invierte, unos cuatro dólares es el retorno al país en cuanto a imagen, a nivel de ventas y otros. Es rentable para el país”.
José Koechlin, presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), también se muestra positivo y declaró al diario El Comercio, “Es una noticia realmente positiva. En el turismo, se estimaba que vendrían 50 mil extranjeros y aparentemente llegaron 175 mil extranjeros. Los Panamericanos de Lima no pudieron ser superados por los de Santiago. Nos induce a pensar que esta vez será mejor. Ya tenemos infraestructura y capacidad logística. Deben ser los mejores Juegos Panamericanos”. Y no lo dudo porque los peruanos somos grandes, somos chamba y sabemos hacer las cosas bien.
Pero lo más importante, lo que publicó en sus redes mi buen amigo Guillermo Checa, “Gran oportunidad para nuestros deportistas porque tendrán un roce increíble nuevamente y Lima no solo será sede de este evento sino de muchos previos que seguro vendrán”. Y es cierto, Lima 2027 debe mover a nuestras autoridades a ponerle énfasis a nuestros deportistas, muchos de ellos injustamente maltratados y olvidados, pese a los logros que consiguieron para el país en el año 2019 y el año pasado en Santiago de Chile.

¡Vamos Lima! ¡Vamos Perú! ¡Jugamos todos!

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