Por: Juan Carlos Suttor
El nombramiento de la señora Patricia Benavides como fiscal de la Nación en reemplazo de la lagarta Zoraida Ávalos, quien fue inhabilitada por el Congreso por cinco años por una presunta infracción constitucional, sin duda fue un duro golpe para la caviarada, porque le quitó el control del Ministerio Público, aunque todavía lo mantiene en el Poder Judicial (PJ) y la Junta Nacional de Justicia (JNJ), donde hacen lo que les da la gana.
Destaco de la irregularmente suspendida Fiscal de la Nación el haber denunciado constitucionalmente al expresidente Martín Vizcarra y a la exministra de Salud, Pilar Mazzetti, como presuntos autores del delito contra la administración pública en la modalidad de concusión, con relación a la irregular vacunación de funcionarios del Estado. Y por supuesto la denuncia constitucional contra el expresidente Pedro Castillo por los presuntos delitos de organización criminal, tráfico de influencias y colusión.
El detonante de toda esta crisis habría sido la suspensión por ocho meses y 15 días al fiscal superior Rafael Vela, coordinador del equipo especial del caso Lava Jato, por presuntamente incurrir en dos infracciones “muy graves” y otra “grave” en el ejercicio de sus funciones.
El señor Vela y su “fiscaloco” José Domingo Pérez, en alrededor de siete años de investigaciones por un caso emblemático como lo es Lava Jato, no ha logrado ninguna condena en los procesos contra los expresidentes Alejandro Toledo (2001-2006), Ollanta Humala (2011-2016), Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), Martín Vizcarra (2018-2020) y otros como el de la exalcaldesa de Lima, Susana Villarán. Una demostración de ineptitud e ineficacia total y parecería que de otro tipo de intereses.
No lo digo yo, —¿Quién soy yo por Dios?—, lo dicen los medios, lo dice la opinión pública y no es coincidencia, esto es un ataque coordinado por Odebrecht y el grupo El Comercio, comandado por José Graña Miró Quesada, en alianza con el enemigo más grande que tiene el Perú, esa basura llamada Gustavo Gorriti, luego de que hayan retirado a uno de sus socios principales del caso.
Y qué extraño, nadie hasta ahora, ha abierto una investigación a este par de fiscales impresentables, fracasados y endiosados y protegidos por la caviarada, por los evidentes signos exteriores de riqueza y que tendrían un desbalance con relación a sus ingresos. Exactamente lo mismo que pasa con el departamento que compró en San Isidro la congresista Sigrid Bazán. ¡De dónde pecata mea!
Para los caviares no fue difícil tumbarse a la fiscal de la Nación: Es muy sencillo si se cuenta con una “periodista de investigación” como Graciela Villasís, que trabaja para el diario de José Graña Miro Quesada y que filtra “exclusivas” en tiempo real. ¿Cómo así? ¿Cuál es el acuerdo?
El linchamiento se hace más fácil si se cuenta además con una policía política, como es la DIVIAC, a cargo del polizonte Harvey Colchado, una suerte de Gestapo o Stasi chola, que cuenta con un presupuesto de 1 millón de soles mensuales; a una fiscal superior provisional como Marita Barreto, depuesta y repuesta, que indebidamente, sin tener el nivel, porque eso le correspondía a un fiscal supremo, se atrevió a investigar a la señora Benavides y a IDL Reporteros, la ONG de Gustavo Gorriti que funciona con el dinero de George Soros y que como bien decía Mariella Balbi en su columna del último sábado, “es un partido político solapa”.
Evidentemente hay coordinación con la Junta Nacional de Justicia (JNJ), el organismo que nombra y destituye a jueces y fiscales. Es comprensible que los magistrados tengan temor. Lógico también que la JNJ sea una aliada importantísima para tumbarse a Benavides como hemos podido apreciar.
Y si bien el show montado por los caviares ha logrado la irregular suspensión de la señora Patricia Benavides, este está tan mal hecho que día a día se cae a pedazos.
Para comenzar, todas las acusaciones contra la exfiscal de la Nación están hechas en condicional (habría, cabría, tendría), no habiendo nada comprobado. A pesar de ello la JNJ sin darle el derecho a la legítima defensa decidió suspenderla por seis meses, lo cual constituye una falta grave más (a todas las que ya tiene) y que justifican la remoción total de sus miembros por parte del Congreso de la República. Hasta ahora no hay ningún fiscal supremo que la esté investigando.
El colaborador eficaz Jaime Villanueva, “el filósofo”, quien todo lo que dice parece ser el oráculo, porque nada es cuestionado y no hay necesidad de comprobación científica o legal, más que asesor de la exfiscal parecería ser un topo sembrado por los caviares para destruir a la señora Benavides.
Son tan absurdas y contradictorias las afirmaciones de este individuo, que dice que el nombramiento de la exfiscal de la Nación se debió a la influencia del exministro aprista Hernán Garrido Lecca en los siete miembros de la JNJ. Entonces qué espera la fiscal Marita Barreto para investigar a ese organismo, incorporándolo en el cuadro de la organización criminal que lidera Benavides. ¿Por qué no se han allanado las oficinas de la JNJ? ¿Por qué no se les ha quitado los celulares y computadoras?
Del mismo modo, en sus declaraciones también incrimina al fiscal Rafael Vela al afirmar que este se reunió con el abogado José Luis Hauyón, vinculado al caso Sodalicio, a inicios de 2023, a pedido de Patricia Benavides. Por supuesto el corrupto Vela no ha denunciado el hecho. ¿Por qué no se le ha incluido en la organización criminal para investigarlo? Y entre otros, en un supuesto chat, no comprobado, Villanueva sostiene que el actual fiscal de la Nación, Juan Carlos Villena está chantajeado por Gustavo Gorriti. Ninguno tiene indagación siquiera.
Está claro que el nuevo fiscal de la Nación José Luis Villena es un inepto, que no sabe dónde está parado y que el Ministerio Público con este tipo a la cabeza, está en serios problemas, afectando a todo el sistema judicial.
¿Qué hay detrás de todo esto?
Dos conjeturas: La primera, es que tal vez, el objetivo de este operativo contra la institucionalidad, sea el adelanto de elecciones con partidos aún débiles o inexistentes (Apra, PPC, AP) aprovechando que el impresentable de Jorge Luis Salas Arenas sigue a cargo del Jurado Nacional de Elecciones (JNE). La segunda, de que ante el temor de Dina Boluarte y Alberto Otárola de ser denunciados por el Ministerio Público por la muerte de 49 terroristas, hayan negociado con Fuerza Popular la liberación de don Alberto Fujimori.
¿Quién lo sabe? La política es un asco, en todo el mundo, pero es el arte de negociar.
¿Y el Congreso? Ellos siguen pensando en sus intereses particulares y llenándose los bolsillos. No esperemos nada de esta desprestigiada institución.
Peruanos patriotas, tengámoslo claro, el más grande enemigo que tiene nuestro país hoy en día y desde hace mucho tiempo se llama Gustavo Gorriti, un maldito, un traidor a la patria.
Oiga, qué le pasa IDL es dios y Gorriti, su profeta.
Si no controlan el PJ el MP, la jnj, el jne, se les puede escapar el control del Perú y acabar la mamadera, y eso sí que no. Ellos son los dueños del Perú, porque el dueño de todos los reinos del mundo y su pompa, se los ha entregado a cambio de su almilla, y de cauterizar sus conciencias, un precio que ellos consideran asequible apropiado para su disfrute en esta tierra, el de ellos y sus sucesores. Ya no son los ricos latifundistas los dueños, sino los grandes fondos de pensiones, blackrock, vanguard y ellos deciden quién se sienta en el sillón presidencial (aunque se deba hacer fraude) y qué debe hacer mientras ocupa ese sitio, mientras detenta el poder.