Vida y familia

LA EUTANASIA EN LA AGENDA DEL NUEVO ORDEN MUNDIAL

Por: Claudia Gómez

El aborto, la ideología de género, el feminismo, el adoctrinamiento de los niños, el confinamiento por el virus chino… Pareciera que nos encontramos ante un bufet para elegir, ¿verdad? O mejor: para no elegir.

A tan desagradables platillos se suma la famosísima eutanasia; ¡ay! Miren, si hasta suena tan elegante la palabra, ya de vieja data, que ha bombardeado los medios de comunicación por varias décadas. Muchos recordarán la llegada de la expresión “suicidio asistido”, la cual se fue metiendo en aquella sección médica que tienen los noticieros o telediarios. Con ingenuo entusiasmo, o a lo menos así parecía que lo hacían, fueron dando la bienvenida a esa práctica, para que los televidentes se fueran también familiarizando con esta idea de amor filial hacia su prójimo. ¿Cómo alguien podría ser tan indiferente ante el dolor de su ser querido? ¿Por qué no eres compasivo con el que sufre, con el que te pide a gritos que quiere morirse?… ¡si tú tienes el poder de darle el empujoncito! Válgame, si les ha costado trabajo adoctrinar a las masas. Luego, no quedó otra salida, la tuvieron muy fácil: sólo poner el gobernante, o el legislador, de tal manera que sea por ley, sí, a la fuerza. Entonces, recapitulemos: si ya están las leyes, ¿qué sigue? Obedecer.

Los ciudadanos buenos, que somos la mayoría, estamos en el sándwich: por un lado, los valores y principios a favor de la vida, la paz, la justicia y un largo etcétera, y, ¡vaya!, por el otro lado, las leyes que nos hacen sentir como delincuentes y perseguidos. Pero es mentira que busquen el bien de tu familiar o amigo. Es mentira que tú, que tienes la razón, seas un desalmado. Saquémonos eso de la cabeza.

Vamos a hacer un ejercicio práctico de abrir nuestra perspectiva y pensar más allá de lo que pareciera evidente, según ellos. En primer lugar, citemos a una nación que es la prueba fehaciente de esta escalada de la muerte: Holanda.

Países Bajos: el ángel de la muerte se cierne sobre las cunas – FSSPX.Actualités / FSSPX.News

En los países del tercer mundo se tiene la tendencia de envidiar las condiciones de vida de los países desarrollados; incluso, quién alguna vez no ha soñado con vivir en el principado de Mónaco, por ejemplo. Pero, tristemente, si nos detuviéramos a mirar, humanamente no lo podríamos creer. A alguien le gustaría, si fuera ya muy mayor, tener que ponerse una cadena con una plaquita en la cual tiene sus datos personales y una inscripción que enfatiza que en caso de accidente o cosa similar, por favor no lo lleven a un hospital… sí, botón de alerta, porque en lugar de ser el hospital un lugar en el cual le van a proteger la vida y a tratar de que su salud se restablezca, ¡no, señoras y señores!, es el aeropuerto de la muerte. Sí, no nos hagamos los tontos, estamos en tiempos en los cuales muchos médicos no están a favor del juramento hipocrático, bien sea porque no son conscientes, o bien, porque tienen una necesidad económica apremiante. Nosotros, que conocemos la verdad, no permitamos que ningún abuelito, niño, joven, no nacido, sea eliminado en aras de promover una sociedad feliz.

 

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