Por: Carlos Tubino Arias Schreiber
El gran drama venezolano se inició hace 25 años, cuando en 1999 llegó al gobierno de ese país Hugo Chávez con un discurso populista, procediendo a implementar un modelo de desarrollo económico estatista generalizando las expropiaciones, lo que originó la fuga hacia el exterior de miles de millones de dólares y la paralización de la inversión privada, iniciándose la debacle económica de la perla de América del Sur.
Lo increíble que esto se haya dado en el país que tiene las reservas petroleras mayores del mundo, se calcula que bordea los 300,000 millones de barriles.
El empobrecimiento de su población ha sido constante y vertiginoso, en el 2015 llegaron a tener una inflación de 1,370% que destruyó los salarios y generó un aumento de precios de 130,060% en el 2018, según Transparencia Internacional.
El control de precios que implementaron produjo escasez de productos de primera necesidad al desalentar a los productores que preferían paralizar sus fábricas.
Todo esto originó una salida masiva de venezolanos hacia otros países, más de 6 millones de venezolanos han migrado a los países de América del Sur; en el Perú tenemos a 1´542,004.
Esta catástrofe humanitaria se ha dado por la aplicación del modelo estatista de desarrollo que ya en el siglo 20 demostró su fracaso en Alemania.
El país estuvo dividido en dos partes desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 hasta 1989 en que cayó el Muro de Berlín (44 años), la occidental con una economía abierta social de mercado y la oriental una economía estatista que perseguía al capital privado.
En el lado occidental se alcanzaron altos niveles de desarrollo humano mientras en la parte oriental se generó miseria y pobreza; la diferencia fue de tal nivel que en el año 1961 se tuvo que construir un muro para contener el flujo migratorio de la parte oriental hacia la occidental.
Esta historia se ha repetido con gran irresponsabilidad en Venezuela, llegando en la actualidad a que se genere un gran rechazo de su población al régimen del Presidente Maduro que tomó el gobierno al morir Hugo Chávez en el 2013, para continuar implementando el desastroso y empobrecedor “Socialismo del Siglo 21”.
Es totalmente falso que los bloqueos y sanciones económicas impuestas por la Comunidad Internacional a Venezuela son la causa de su aguda crisis económica, es una retórica que repiten Maduro y sus aliados del Grupo de Pueblo y del Foro de Sao Paulo, a pesar de que instituciones neutrales manifiestan que la crisis empezó antes de los mismos.
En las elecciones realizadas el 28 de julio el mundo ha podido observar con preocupación un fraude masivo, para proclamar a N. Maduro como Presidente de la República sobre su rival E. González por un período adicional de seis años, dejando claro que el gobierno que rige hoy en Venezuela es una dictadura.
Lo sostiene la Fuerza Armada Venezolana pobremente Institucionalizada, recompensada con muchos beneficios económicos y puestos claves en Ministerios y Organismos del Estado.
Afortunadamente en el Perú sucede todo lo contrario, aquí nuestras FFAA están debidamente Institucionalizadas subordinadas al Poder Constitucional, siendo cumplidoras de su misión de garantizar la independencia, la soberanía y la integridad territorial de la República ante cualquier amenaza interna o externa.