Iglesia

ITALIA, FIELES ESCRIBEN CARTA AL PAPA: TÚ ERES EL PAPA, NO LA CABEZA DE UNA CORRIENTE IDEOLÓGICA

Carta publicada en Il Foglio el 5 de agosto de 2021, firmada por cientos de fieles católicos

Santo Padre Francisco, el último libro de Andrea Riccardi, fundador de Sant’Egidio y conocida voz del mundo progresista católico se titula “La Iglesia arde. Crisis y futuro del cristianismo”.

Nosotros no hemos escrito ningún libro, no hemos realizado ningún análisis detallado, pero vemos todos los días el fuego lento que devora y destruye a la Iglesia católica en Italia y en el mundo.

La dimisión de Benedicto XVI, hace ya ocho años, dejó a muchos en la desolación y a otros en la esperanza. Durante algún tiempo se habló del “efecto Bergoglio”, aludiendo a un renacimiento que lamentablemente nunca se produjo.

Más bien, “Iglesia en salida” sigue siendo un eslogan sin atinencia a la realidad. Por el contrario, la ciudad santa de la Cristiandad, en la era del Covid, fue la primera en cerrar sus iglesias, dando al mundo una señal de deserción total.

Hemos sido testigos de recorridos sinodales que han parecido verdaderas guerras civiles, con manipuladores empeñados en garantizar una democracia al estilo soviético, y que han desembocado en documentos polémicos y prácticamente inútiles. Las Iglesias, los confesionarios, incluso las arcas del Vaticano están cada vez más vacías: señal de que el pueblo de Dios no reconoce la voz de los pastores.

Los católicos chinos, encabezados por el cardenal Zen, sufren los Acuerdos del Vaticano con la dictadura china; Cardenales que llevan años en la brega, a su lado, como Becciu, han acabado en escándalos económicos que no se veían desde la época de Marcinkus; otros, como Caffarra, Burke, Sarah, Müller, Pell han sido humillados, silenciados, ignorados; otros, muy cercanos a Usted, han impedido que la Conferencia Episcopal Americana profundizara en la cuestión de la pedofilia …

Por si esto fuera poco, se han intervenido enteras órdenes religiosas conservadoras, que han tenido que sufrir una persecución inimaginable incluso en los tiempos más oscuros de la Santa Inquisición; incluso personalidades de orientación completamente opuesta, como Enzo Bianchi, fueron “misericordiados” de la noche a la mañana, con una dureza sin precedentes. Así también obispos, sacerdotes, religiosos… en todo el país.

La Iglesia de hoy es un verdadero “hospital de campaña” lleno de heridos, que necesita urgentemente no tanto discursos de misericordia, sino misericordia verdadera, real, concreta. De verdadera paz.

Su última disposición contra la llamada Misa en latín ha causado más estragos y división, sin ninguna motivación. ¿Por qué negar lo que había concedido Su predecesor? ¿Por qué humillar a una pequeña grey de fieles acusándolos a todos de forma sumaria, sin apelación posible, y, como aparece cada vez más evidente, sin fundamento?

Así, después de 8 años, la “iglesia arde” como nunca antes: está dividida y destrozada, en Italia, en China, en los Estados Unidos, en Alemania… como en la época de Lutero.

También los laicos —aunque más libres y no sometidos a la creciente arbitrariedad en el mundo clerical— sufrimos este clima que se ha vuelto pesado, casi irrespirable, esta desaparición casi total de cualquier sana pluralidad. La Madre Iglesia parece cada vez más una madrastra, impone anatemas, excomuniones, intervencionismos, a un ritmo continuo.

Por eso Le rogamos humildemente que ponga fin a esta guerra civil en la Iglesia, como un Padre que busca el bien de todos sus hijos, y no como el líder de una corriente clerical que parece querer usar hasta el extremo su autoridad monárquica, a menudo más allá de los confines del derecho canónico, para realizar una agenda personal ideológica.

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