EL POZO DE BABEL: PROHIBIDO REZAR

Por: Luciano Revoredo

Nunca terminaré de agradecer a mis padres el haberme matriculado en una escuela católica. Los valores y principios que en la primaria me inculcaron hoy tantos años después los mantengo vivos y vigentes.

Recuerdo con especial cariño a las monjas que en los primeros años de la primaria nos educaban con tanta dedicación, afecto y a la vez cierta severidad que iba forjando nuestro espíritu y carácter.

Cada mañana al iniciar las clases puestos de pie rezábamos. En mayo “Mes de María” las clases se turnaban en hacer homenajes y adornar el altar de la Madre de Dios.

Los jueves iniciábamos el día en la capilla con la Misa. Había dos misas ese día, una para la primaria y una para la secundaria. Y diariamente, para los que estuvieran debidamente preparados estaba disponible la comunión al inicio del recreo grande.

Todos estos recuerdos vienen a mi mente ahora que me han hecho llegar un documento oficial argentino que prohíbe rezar. Tal cual.

Se trata de una Circular Interna de la Dirección de Fortalecimiento Integral de la Familia del Ministerio de Desarrollo Social, de la ciudad de Resistencia, aunque es obvio que se trata de una directiva nacional  para que se cumpla con NNA (Entiéndase en lenguaje inclusivo neomarxista:  niños, niñas y adolescentes).

La mencionada Circular dice a la letra: “…está terminantemente prohibido instar a los NNA a rezar (repetición de fórmulas preestablecidas como el Padrenuestro) o realizar oraciones espontáneas en el marco de cualquier actividad de los dispositivos, o cantar o escuchar canciones religiosas, o realizar gestos, signos o celebraciones con connotaciones religiosas bajo ninguna circunstancia…”

Esta prohibición se basa en la idea que la religiosidad es algo enteramente privado del ámbito familiar. Pero eso sí, al final de la circular se indica que si puede “expresarse agradecimiento o celebración en general por “la vida”, “la alegría”, “la amistad” o expresiones que no impliquen un carácter religioso.

Esa es la opción de la Argentina hace tiempo. Ese es el camino de la revolución que destruye las almas y en nombre de una celebración de la vida va formando personas sin referencias morales, sin valores, en medio de una absoluta orfandad espiritual y del más acendrado relativismo moral.

Luego esta es la gente que nunca aprendió a respetar la dignidad de la vida humana y que votará por el aborto libre, que verá con buenos ojos la persecución religiosa, que crecerá en una civilización cada vez más decadente.

Ya en los años setenta Vintila Horia,  el gran escritor y pensador rumano afincado en España, decía en su libro “Consideraciones sobre un mundo peor”, que si en la antigüedad la soberbia llevó a la humanidad a construir la Torre de Babel, para supuestamente alcanzar el cielo y terminaron dispersos y confundidos. Más aún en los tiempos modernos, que estamos construyendo el Pozo de Babel para alejarnos del cielo, lo que nos llevará a una decadencia y confusión aún mayor.

Hay países como Argentina, España o Chile donde ese pozo del que hablaba Horia ya está bastante profundo. En el Perú, país cristiano, nos toca impedir que se avance en ese sentido, aunque en ello se nos vaya la vida.