
Por: Alfredo Gildemeister
Los hechos de violencia que lamentablemente vienen sucediendo en nuestro país no son una novedad ni deberían llamarnos la atención. Constituyen un intento esta vez desesperado, uno más, por tomar el poder y ejecutar literalmente los objetivos trazados por el Foro de Sao Paulo (FSP) y el Grupo de Puebla, que desde hace años tiene trazados para México, Centro y Sudamérica incluido el Perú. El castro chavismo creyó que, al igual que Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Colombia y Chile, el Perú caería fácilmente bajo su ámbito y objetivos: la creación de una nueva república -por no decir una republiqueta- de corte chavista en donde se instauraría una dictadura al mejor estilo venezolano, totalmente estatista y totalitaria, revestida con un vestuario de democracia, con presidente “democráticamente electo” y Congreso incluido, pero que en el fondo, constituiría una dictadura neocomunista disfrazada de democracia como Venezuela. Toda una nueva estrategia bien planificada, dirigida y financiada (incluidos fondos del narcotráfico del Vraem, de capitales extranjeros, ONGs, etc.). La lucha de clases pasó a la historia. El marxismo se ha reinventado, reciclado -incluyendo a Sendero Luminoso- y tenemos como resultado el neomarxismo o neocomunismo. Así de simple. Para ello se impuso mediante un burdo y descarado fraude, a un presidente tonto, ignorante y manipulable -Pedro Castillo- con la importante ayuda de un JNE y una ONPE totalmente vasalla y sometida a los objetivos del FSP. Cabe mencionar que el armado de todo el andamiaje estatal neocomunista no es de hoy, sino que viene siendo montado finamente desde la época de Humala -por señalar un momento determinado- copando todo el aparato estatal peruano (ministerios, poderes del Estado e instituciones) de gente u operadores del neocomunismo chavista con claros objetivos.
Sin embargo, las cosas no salieron como se pensaron. No contaron con que el pueblo peruano no es Venezuela ni Bolivia. ¡Somos luchadores! Los peruanos veníamos de ser terriblemente golpeados por la espantosa pandemia -más con un gobierno corrupto y genocida como el de Vizcarra-, por lo que querían trabajar fuerte para recuperar sus negocios, trabajos, empresas, etc. afectadas o quebradas por la pandemia. Recordemos que el Perú venía de un proceso de crecimiento y estabilidad de la economía de antes de la pandemia, que los peruanos quieren recuperar. Los peruanos ya probaron lo que es el crecimiento económico y la estabilidad, y hay mucho aún por hacer. El inepto Castillo resultó ser más inepto e inútil de lo que se esperaba y además terriblemente corrupto. Ante la desesperación del cerebro del FSP en el Perú -Vladimir Cerrón, entrenado por el G2 cubano y su jefe el “gallo” Zamora, y su partido Perú Libre-, Castillo poco a poco se fue saliendo de las directrices claramente trazadas por el FSP para lo que Castillo había sido impuesto: la convocatoria a una asamblea constituyente, con el claro objetivo de crear una nueva constitución neocomunista chavista -copy paste de lo sucedido en Venezuela- totalmente estatista. De allí que comenzó a ser fuertemente criticado por su propio partido y líder, Vladimir Cerrón. El “apoyo” del pueblo a Castillo – si es que alguna vez lo tuvo, personalmente lo dudo- se vino abajo en las encuestas acrecentado por los múltiples casos de corrupción personales y de su familia, a los que nos acostumbró este sujeto, mintiendo descaradamente al mejor estilo de Toledo.
Finalmente, el 7 de diciembre de 2022 fue bien vacado, incluso con el apoyo de su propia gente. Castillo ya no era útil para los objetivos del FSP, ya no les servía. Los ojos del FSP se volcaron sobre la cuestionada vicepresidente Dina Boluarte (DB), una mujer acusada de diversos delitos entre lo que cuenta el haber sido la “cajera” de los “Dinámicos del Centro”, que había llegado a la primera vicepresidencia de maneral ilegal, al no haber renunciado a su cargo en la Reniec con seis meses de antelación como manda la ley electoral, y que juramentó como presidente de la República -juramentación en realidad nula de pleno derecho, al no haber sido bien nombrada vicepresidente por lo ya señalado, y al haber pertenecido a una plancha presidencial también nula de pleno derecho, pero el JNE sumiso y vasallo del FSP validó estas ilegalidades-. Sin embargo, cuando el FSP se percató que DB -siendo medianamente mas capaz que Castillo- tampoco lograría rápidamente los objetivos trazados -por más que DB había declarado, luego de contradecirse y ser poco clara, que sí estaba a favor de una asamblea constituyente y nueva constitución- el FSP decidió apelar al plan B, esto es, un movimiento social de violencia, muerte y destrucción en todo el país, al mejor estilo de lo sucedido antes de la pandemia en Chile, para obligar a renunciar a DB y que se adelanten elecciones generales cuanto antes mejor. Se requería imponer otro títere que le haga el juego al FSP.
Aquí nos encontramos con el laberinto en el que se encuentra actualmente DB. Ella sabe que si renuncia -que ganas no le deben faltar – posiblemente las acusaciones penales con las que cuenta se reactiven y al igual que lo sucedido con Castillo, el Congreso le levante la inmunidad en un instante y sea detenida con prisión preventiva al día siguiente. Obviamente no quiere ir a la para acompañar a su exlíder. Claro que podría hacer lo que no hizo Castillo: irse a la embajada de México, y una vez ingresada y segura, presentar su renuncia a la presidencia y solicitar el asilo político, cosa que el presidente de México se lo otorgaría de inmediato. Sin embargo, asumiendo que DB deje la presidencia, por mandato constitucional le correspondería la presidencia, de manera transitoria, al presidente del Congreso José Williams Zapata (JWZ), militar retirado de brillante trayectoria y para temor de los chavistas un ex Chavín de Huántar. Para evitar a JWZ pues le temen a rabiar, ya diversos lideres del chavismo comunista han declarado que ese Congreso no representa al pueblo y que debe elegirse otra mesa Directiva. Obviamente no lo quieren ni de a vainas a JWZ y lo que se pretende repetir es lo ya visto con Merino y Sagasti. De renunciar DB y asumir la presidencia transitoria JWZ se repetiría el cargamontón con éste, tal como sucedió con Merino. Sin embargo, JWZ, un ex militar, un hombre que se ha enfrentado cara a cara a los terroristas del MRTA en la toma de la embajada de Japón, no es Merino y no renunciaría al cargo y entregaría la banda al nuevo presidente luego de unas elecciones realmente limpias y transparentes.
Este es pues el actual laberinto en el que se encuentra inmerso el Perú. Marchas violentas enfrentadas de una manera muy tibia por DB que hasta el momento no renuncia y dizque que no va a renunciar; un país sumido en la anarquía y violencia por unos pocos que se encargan de avivar el fuego de la violencia, destrucción y muerte, ante un gobierno débil y timorato, “liderado” por una tibie y cuestionada mujer que simpatiza con el chavismo del FSP, pero a la vez no quiere renunciar pues sabe donde terminaría probablemente. Y en caso de renunciar, JWZ tendría que enfrentar otras marchas de manipulados e ilusos “pulpines” y “cojudignos”, como lo hiciera Merino, que pedirían su renuncia. Pero repito: JWZ no es Merino. El FSP no se rinde e insiste en su hoja de ruta y absurdas “propuestas”, pero el Perú tampoco se rinde. Los peruanos quieren trabajar, montar sus negocios y comercios, recuperarse, crecer económicamente, mejorar su nivel de vida y el de sus familias, ¡vivir en paz! Y no se tragan ilusamente la falacia de que una nueva Constitución, por arte de magia, será la solución a sus problemas. Los peruanos ahora ya saben que un país crece solo con mucho trabajo y esfuerzo, en un ambiente de estabilidad y seguridad, no con piedras e incendios, destruyendo precisamente los medios que le dan trabajo y prosperidad.
Definitivamente, la única salida que le queda al país es la renuncia de DB, que JWZ asuma la presidencia transitoria, adelante y convoque a elecciones en un plazo razonable -obviamente previa renovación de autoridades en el JNE y ONPE- que permite realizar unas elecciones bien hechas, respetándose lo plazos de ley, elecciones internas en los partidos, reformas como que se permita la reelección parlamentaria como en toda democracia al ser este un derecho fundamental y la participación de nuevos partidos en proceso de inscripción. No una chapuza de elecciones a la diabla pues caeríamos en lo mismo que estamos viviendo hoy. No nos queda otra. DB no da para más. No le pidan peros al olmo. ¡El Perú es primero, el Perú es mas que sus problemas!