La columna del Director

EL MINISTERIO DE CULTURA TIENE SWING

LA MINISTRA DE CULTURA DEBE RENUNCIAR

Por: Luciano Revoredo

El Perú es un país de una riqueza inconmensurable en el ámbito cultural, nuestro acervo cultural, tanto en patrimonio material como inmaterial es uno de los más ricos del mundo. En ese sentido se hace indispensable la existencia de un ente rector de nuestra política cultural, promoción de las industrias culturales y protección de nuestro patrimonio.

Con esa idea es que en julio del año 2010 se creó el Ministerio de Cultura, sobre la base del Instituto Nacional de Cultura, que desapareció cediendo su espacio al nuevo ministerio. Como se recuerda el primer ministro de cultura fue el antropólogo Juan Ossio, nombrado por el entonces presidente Alan García Pérez.

Desde entonces se puede decir que el MINCUL ha marchado un poco a la deriva y entre sucesivos escándalos, sin llegar nunca a tener clara una política cultural y menos aún darle  continuidad a la misma.

Durante el gobierno de Vizcarra es que se puede decir que la cultura nacional, bajo la tutela del MINCUL, tocó fondo. Baste con decir que en apenas dos años ocupando la presidencia ha cambiado seis ministros de cultura.

La primera fue Patricia Balbuena, que duró en el cargo 7 meses, proveniente de las canteras de la izquierda, con especialidad en “género” politizó su gestión, abandonó el patrimonio y se dedicó a promover sus puntos de vista ideológicos. Obviamente se sumó al cargamontón contra el congreso. Se vio forzada a renunciar luego del escándalo de una licitación en la que ganó la empresa del viceministro Luis Villacorta Ostolaza, luego vino un segundo escándalo con la desaparición de valiosos documentos del archivo general de la Nación y antes de ser censurada por el congreso renunció.

Es así que asume el MINCUL Rogers Valencia Espinoza, especialista en turismo y un absoluto negligente en materia cultural. Duro apenas tres meses en el cargo. Salió también en medio de un escándalo, cuando suscribió las resoluciones que dejaron sin efecto la sanción y, por consiguiente, la multa impuesta de 4,650,000 soles a la inmobiliaria R&G SAC, por de la construcción de un hotel en el Cusco,  destruyendo patrimonio monumental de la ciudad.

En reemplazo de Valencia asumió el ministerio la arqueóloga Ulla Holmquist Pachas, ella apenas duró poco más de tres meses. Venía del sector privado, pues era directora del Museo Larco. Tenía una extensa carrera en el sector. Se dijo que su renuncia se debía a problemas de salud, sin embargo trascendió que no se sentía cómoda en el cargo.

El también arqueólogo Luis Jaime Castillo Butters fue el reemplazo de Ulla Holmquist. Castillo fue  viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales en el gobierno de Humala lo cual también ha sido una constante, es decir el reciclaje de personajes vinculados al gobierno humalista. La gestión de Castillo fue más breve aún que la de su antecesora. Duró apenas dos meses y medio. Durante su gestión se produjo el atentado al patrimonio que familiares del entonces primer ministro Salvador del Solar perpetraron en Choquequirao, aterrizando un helicóptero en medio del sitio arqueológico. Castillo anunció una investigación que nunca concluyó. Obviamente su gestión fue muy breve. Al menos tuvo el buen gusto de renunciar luego del golpe de estado de Vizcarra.

Así le llegó la hora a Francisco Petrozzi, de tan corta como intensa y serpenteante vida política, hace tiempo que estaba en la cola esperando su momento. Su altisonante salida de la bancada fujimorista, que muchos vieron como desleal, le valió para tener el reconocimiento de Vizcarra. Asumió así el ministerio con un estentóreo ¡Si Juro!, para luego ocupar el cargo apenas dos meses y un día. También dejó el ministerio en medio de un escándalo. Lo que podríamos llamar el affaire IRTP o el Coyagate. La pública disputa entre el ministro y Hugo Coya, en un intercambio de versiones en el que obviamente perdió Petrozzi. Hoy disfruta de una estadía en Berlín como agregado cultural.

Es así que llega la sexta ministra. Sonia Guillén, antropóloga y arqueóloga que venía siendo voceada hace tiempo para el cargo. Si bien la situación de cuarentena le ha permitido mantenerse en piloto automático, y pasar casi desapercibida, ya le está llegando la hora de concluir su también breve gestión.

Los escándalos empiezan a rodearla, primero con la salida de María Elena Córdova la renunciante viceministra, acusada de encubrir los malos manejos de la DDC del Cusco y otras turbias maniobras que ensombrecen su gestión y la vergonzosa contratación de un personaje insólito, Richard Cisneros, que se hace llamar con el alias  de Richard Swing, para brindar conferencias de capacitación y liderazgo por la suma de 30,000 soles, habiendo ya sumando 175,400 soles en otros contratos. Cisneros es un absoluto desconocido en el mundo cultural y artístico. Por sus antecedentes no tiene nada que aportar. Tras el escándalo destapado por los medios el ministerio dejó sin efecto el contrato y publicó un comunicado con el siguiente tenor:

En relación a la información difundida por algunos medios de comunicación, respecto a la contratación, bajo la modalidad de servicios por terceros al señor Richard Javier Cisneros Carballido, el Ministerio de Cultura informa a la opinión pública lo siguiente:

1.- Se ha tomado la decisión de resolver la Orden de Servicio 01122-1010 emitida al señor Richard Javier Cisneros Carballido, dándose por concluida la relación contractual vigente. Cabe indicar que la orden de servicios, tenía que ejecutarse en un plazo de 45 días los cuales quedan sin efecto.

2.- Hacemos de su conocimiento que el Ministerio de Cultura ha dado inicio de manera inmediata, al proceso de investigación que corresponde por los canales competentes, a fin de identificar cualquier tipo de irregularidad que pudiera haberse cometido.

Sin embargo queda mucho por aclarar. En los próximos días tendrá que dar alguna explicación al respecto la ministra Guillén y probablemente renunciar, para cubrir al verdadero responsable de esta contratación y dar paso al séptimo ministro de cultura de este oscuro periodo de nuestra historia.

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