Miscelánea

EL ADIÓS DE LA COVADONGA

Por: Alfredo Gildemeister

Nunca imaginó el teniente 2° Decio Oyague que el destino lo había elegido para ser el instrumento de justicia de la Divina Providencia, para devolver a la marina chilena la afrenta sufrida por los marineros peruanos del blindado peruano “Independencia”, cuando encallara al sur de Iquique y sus marineros fueran ametrallados inmisericordemente por la goleta “Covadonga”. Como se recordará, el 21 de mayo de 1879 el monitor “Huáscar” y el blindado “Independencia” tuvieron la misión de ir al puerto de Iquique, a fin de romper el bloqueo que efectuaban la corbeta “Esmeralda” y la goleta “Covadonga”. El “Huáscar” se enfrenta a la “Esmeralda” al mando de Arturo Prat y la hunde muriendo Prat a bordo del monitor luego de su intrépido abordaje. Mientras tanto, la “Independencia” perseguía a la “Covadonga” que huía hacia el sur. Lamentablemente el blindado peruano encalló frente a Punta Gruesa, en unas rocas que no aparecían en los mapas. Esto es aprovechado por la “Covadonga” para dar media vuelta en su huida y regresar para ametrallar a los marineros peruanos náufragos. Irónicamente, mientras esto ocurría, Grau salvaba a los náufragos chilenos de la “Esmeralda” que se había hundido como consecuencia del tercer espolonazo del “Huáscar”. Cuando Grau se percata de lo que hacía la “Covadonga”, va en ayuda de los náufragos peruanos de la “Independencia” y la “Covadonga” huye cobardemente hacia el sur para no enfrentar al famoso monitor. Ha pasado más de un año de estos hechos y Chile domina el Pacífico luego de la captura del “Huáscar” en Angamos el 8 de octubre de 1879.

Aquella mañana del 9 de setiembre de 1880 Decio Oyague viajaba en el tren desde Lima hacia Ancón. Oyague llevaba una importante carga que debía custodiar con mucho cuidado: nada menos que un torpedo construido por el ingeniero Manuel Cuadros, el mismo sujeto que fabricara el torpedo que hundiera al crucero “Loa” en el Callao el pasado 3 de julio. Cuadros, en colaboración con Constantino Negreiros, fabricó el torpedo. Una vez llegado a Ancón, Oyague viajó en un bote a remo hasta Chancay acompañado por el capitán Ezequiel del Campo, Jefe la Sección de Torpedos. La misión a su cargo era el hundimiento de la famosa goleta “Covadonga” la cual bloqueaba el puerto de Chancay desde el 1 de setiembre. Decimos famosa porque la “Covadonga” era un trofeo de guerra muy preciado por los chilenos. La goleta “Virgen de Covadonga” fue construida en España, en el astillero Arsenal de la Carraca (Cádiz) y botada el 28 de noviembre de 1859. Había sido mandada construir por Orden Real de Isabel II el 10 de junio de 1857. Su quilla fue colocada el 13 de febrero de 1858 y sus pruebas finales se hicieron hasta el 28 de enero de 1861. Durante el conflicto con España fue capturada por la Armada chilena.

Chancay, siendo un puerto pacífico, había venido siendo bombardeada por la cañonera “Pilcomayo”, buque peruano capturado por los chilenos en noviembre de 1879, desde el 11 de junio de ese año. Luego a partir del 1 de setiembre fue reemplazado por la “Covadonga”. Aquella mañana del 13 de setiembre, la “Covadonga” bombardeó nuevamente el puerto sin causar daños graves. Oyague introdujo con mucho cuidado el torpedo a lo largo de un bote y lo cubrió muy bien con una lona, colocando cajas con víveres, frutas, arroz, pescado y otras provisiones. Cabe mencionar que, por aquellos años, los torpedos aún no tenían el mecanismo a hélice que los propulsaría años más tarde. Al carecer el torpedo de autopropulsión, Oyague acercó el bote a la “Covadonga”, anclada en medio de la rada del puerto, dejando la embarcación a prudente distancia para que pudiere regresar nadando a la orilla. El capitán de la “Covadonga”, Pablo de Ferrari, al observar el bote flotando a la deriva cerca a la goleta, ordenó al aspirante don Melitón Guajardo que se dirigiese con el calafate José María Ávila a reconocer al bote. Al no observar nada sospechoso si no, todo lo contrario, buenas provisiones, se trajo el bote al costado de la goleta. Mientras el bote era izado, el torpedo hizo explosión. Eran cerca de las 3.15 de la tarde. La explosión que se escuchó fue según testigos, como el disparo de cuarenta cañonazos a la vez.

La goleta se hundió en menos de dos minutos. Se calcula que el torpedo tuvo una carga de unos 350 kilos de dinamita. Solo un bote salvó de la explosión. En dicho bote lograron salvarse 29 personas, 12 de los cuales eran oficiales y el resto marineros. De la tripulación murieron 66 hombres y quedaron prisioneros en Chancay, 46 hombres. Entre los muertos estaba el propio capitán Ferrari. El hundimiento de la “Covadonga” causó mucho dolor en Chile pues era muy querida ya que los chilenos decían que gracias a ella el Perú había perdido a la “Independencia”, además de constituir un trofeo de guerra proveniente de la guerra con España. En el Perú la gente celebró con brindis y grandes abrazos el hundimiento de la goleta, de tan triste actuación en Iquique, cosa que ningún peruano había olvidado. El ejército peruano también celebró el hundimiento jubilosamente.

El pasado 13 de setiembre se celebraron los 139 años del hundimiento de la “Covadonga”. No podemos olvidar la valiente acción de Oyague, ni la importantísima labor del ingeniero Cuadros, el cual tuvo en su haber nada menos que el hundimiento de dos buques chilenos gracias a sus maravillosos torpedos. Para los que les guste el buceo y les interese la arqueología marina, aún hoy diversos buzos aficionados se sumergen en las oscuras aguas del mar de Chancay en busca de restos de la “Covadonga”, los cuales aún reposan en sus profundidades. Tanto en el mismo Chancay como en el Museo Naval del Callao, se pueden apreciar piezas y restos rescatados de la “Covadonga”. Una goleta que, por esas cosas del destino, terminó destruida de un bombazo, haciéndose justicia por la otrora defenestrada “Independencia” y sus heroicos marinos vilmente ametrallados por esta goleta y su cobarde tripulación. “Justicias de la mar”, como diría un viejo lobo marino…

1 comentario

  1. Baia baia baia, no me hubiera sorprendido escuchar un ” y la Covadonga manejada por cobardes chilenos, que ademas eran comunistas partidarios de Vizcarra masacraron a los soldados peruanos, que eran pro vida” jejejee, hueno lo digo por que leo este diaro en linea a menudo, pero este artículo está genial, muchas gracias por este aporte. Creo que Grau era alguien especial, un hombre que si las cosas siguen como van ahora, llegará a ser El peruano de los dos milenios, por que hasta ahora ningún peruano ha demostrado esa grandeza y entrega. Cualquier otro peruano que le hubiera tocado comandar el Huascar no lo hubiera pensado dos veces y hubiera masacrado a los chilenos que nadaban desesperadamente, era una guerra y las guerras son así, horribles, por eso Grau fue tan especial, una flor, nacida del lodo que era y es este pais nuestro.

    Gloria a Los Heroes del Pacífico!!!!

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