
Por: José Gálvez Krüger*
Contexto y antecedentes
Se ofrece por cuarta vez al público, un artículo aparecido por vez primera en la revista Pastores. Apareció por segunda vez en forma de publicación individual con el fin obsequiarla a Francisco p.p., También fue objeto de una exposición realizada por los modernos medios de comunicación interpersonal en una sesión que tuvo como anfitrión a monseñor Salaverry. Y finalmente aparece una cuarta vez al conocerse que el Papa León ha colocado a comienzo de un camino espiritual a Santa Rosa de Lima.
En la primera entrevista que se realizó al presbítero Carlos Castillo luego de conocerse su designación como arzobispo de Lima, el mencionó reiteradamente como una gran enseñanza de vida “el don de la oportunidad”, poniendo a su padre como ejemplo por excelencia, en el trance de romper una silla sobre una miembro de la policía peruana. Y luego en su experiencia universitaria. Se infiere que el autor ha desarrollado una gran destreza en las publicaciones oportunistas.
La obra habla del autor
En el mundo académico cuando un artículo lleva una firma que va rubricada con las especialidades del autor, quien lo haya leído o quien esté por leerlo puede formase una idea de la seriedad del autor y de la correspondencia que existe entre el ofrecimiento del título y el contenido del texto.
La página digital del Arzobispado de Lima anunciaba una publicación como una profunda reflexión teológica centrada en Santa Rosa de Lima. Bajo el título Rosa de Lima, enraizamiento y misticismo.
En varias partes de esa plataforma digital se habla de Carlos Castillo Mattasoglio como Sociólogo, Teólogo, Filósofo, solo por mencionar lo relativo al artículo materia de comentario. Extraña grandemente que se despliegue la vanagloria mundana de la ciencia que hincha y el título que envanece a los hombres, y a la vez se le niegue el reconocimiento de Santa a la que Cristo llamó “de mi Corazón”.
Carlos Castillo no es Teólogo. Es Sociólogo de Profesión. Tiene formación universitaria en Filosofía y en Teología. Aquélla como requisito para poder estudiar esta última. Porque sin la Teología no podía aspirar a órdenes. Queda claro que su vinculación al mundo académico es utilitario.
Si fuera Teólogo, tendría al menos una obra o alguna perspectiva que hubiera estado ayer, o estuviera hoy en el debate teológico.
¿Reflexión?
Pasaremos ahora ocuparnos con detenimiento de la pretendida profunda reflexión que se ofreció, como fruto dorado del maravilloso jardín de las Hespérides.
No es una obra teológica porque no están presente la Revelación, las Sagradas Escrituras, la Patrística, ni el Magisterio. Tampoco es una obra filosófica porque su fin no es buscar ni alcanzar la verdad: es fabricar una. No pude ser filosófica porque carece de lógica, dado que no existen proposiciones que sean pasibles de juicio, y que puedan ser calificadas de verdades o falsas. Al faltar la lógica, mal puede llamarse una reflexión.
Sólo puede ser calificada, como un escrito monográfico que adolece de muchos defectos. Siendo el más grave y más notorio, el metodológico. Y el más evidente y censurable, el que pretenda reflexionar parasitando intelectos ajenos, concretamente el de Luis Millones y del de José Antonio del Busto Duthurburu. Con el agravante de extirpar segmentos de sus obras, despojándolas de sus contextos originales y de los propósitos originales perseguidos por sus autores. Sin olvidar la iniquidad que supone colgarse de blogs, cuyo contenido es misérrimo y deleznable.
Debe ser censurada por postular asuntos absolutamente diferentes a las conclusiones de la Iglesia de Roma, en asuntos sobre los cuales ya ha fallado hace siglos.
Y debe ser censurada por la absoluta ignorancia (cuando no negación) de asuntos tales como:
- La naturaleza de las virtudes heroicas alcanzadas por santa Rosa, a partir del testimonio notariado de familiares, directores espirituales y autoridades especialmente designadas por la Arquidiócesis de Lima.
- La Emblemática de Amor Sagrado.
- El Arte religioso del período barroco.
- El sensus fidelium del Pueblo Fiel de Lima.
- Y la explicación que Santa Rosa de Lima. escribió de su puño y letra en los corazones con los que quiso señalar las etapas de su camino espiritual.
Sin caer en la temeridad de juzgar las intenciones personales del Dr. Carlos Castillo Mattasoglio, ni atribuir intenciones distintas a las que abriga su católica conciencia – cosas que jamás haríamos – debemos dejar en claro que en el texto materia de comentario, se hacen afirmaciones contrarias a la verdad histórica, y al afecto que un prelado debiera tener por la arquidiócesis que le ha sido confiada. Si ya es vergonzoso que el mencionado artículo sea asociado al mundo académico y universitario, es lamentable que se insista en imponerlo pastoralmente.
*Sociedad Peruana de Historia






Estimada redacción de La Abeja:
Reciban un cordial saludo. Desearía conocer dónde puedo acceder a la entrevista al señor Carlos Castillo referida al inicio de esta Crítica al arzobispo de Lima, firmada por el historiador José Gálvez Krüger. Mi finalidad es citar dicha entrevista en otros medios, pues ilumina más de un rasgo del mencionado Sr. Castillo. Gracias por adelantado.