Internacional

COVID-19 HABRÍA SIDO DISEÑADO EN BIOLABORATORIO DE CHINA CON TECNOLOGÍA DE RECOMBINACIÓN GENÉTICA

Por: Steven W. Mosher*

Las autoridades comunistas chinas han hecho dos afirmaciones ostensiblemente falsas. La primera es que el virus de China, llamado SARS-Cov-2, es un coronavirus natural que se encuentra en las patas del murciélago herradura intermedio (Intermediate Horseshoe Bat). La segunda es que este virus “saltó” de su huésped natural a los seres humanos en el wet market (mercado donde venden comida al aire libre) de Wuhan.

Empecemos con lo del wet market de Wuhan. Como le expliqué a Jesse Waters la semana pasada en su programa de noticias FOX, “Watters World”, si el wet market hubiese sido en realidad “el punto cero” para el brote del virus, las autoridades chinas lo habrían destruido hasta los cimientos. En cambio ahora, hasta lo han reabierto.

Es un secreto a voces que en ese mercado nunca hubo murciélagos. Así lo señaló un equipo de investigadores de Wuhan a finales de febrero. Por lo que la transmisión directa de los murciélagos a los seres humanos en el mercado era “improbable”.

Otros dos investigadores habían informado lo mismo una semana antes: “el murciélago nunca fue fuente de alimento en la ciudad y ningún murciélago se vendió nunca en ese mercado”. Pero estos investigadores, los dos de nombre Xiao, fueron todavía más allá en sus indagaciones. Señalaron que en efecto había murciélagos en Wuhan, miles de ellos, pero que estaban en cautiverio en dos biolaboratorios no muy lejos del wet market, donde eran utilizados con fines de investigación.

Estos dos laboratorios son el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Wuhan (CCPE) y el Instituto de Virología de Wuhan (IVW). El CCPE de Wuhan es el centro nacional para la investigación del coronavirus de murciélagos de China. Mientras el IVW utiliza tecnología recombinante para crear y estudiar nuevos coronavirus. La conclusión de los dos Doctores Xiao fue que “alguien estuvo involucrado en la evolución de [SARS-Cov-2]… el coronavirus asesino probablemente escapó de un laboratorio en Wuhan.”

La elección de palabras es un poco dificultosa porque estos investigadores escribían en lo que para ellos era lengua extranjera. Pero lo que claramente quisieron decir es que el Coronavirus de China que actualmente asola el planeta no es el resultado de una combinación natural de dos virus diferentes en la naturaleza a través de un huésped intermedio, como muchos afirman. Más bien, fue deliberadamente diseñado en el laboratorio uniendo partes de diferentes virus usando lo que se llama tecnología recombinante.

Más adelante nos ocuparemos de la tecnología que hizo posible realizarlo. Lo que quiero destacar es que su artículo sobre “Los posibles orígenes del [SARS-Cov-2] coronavirus” fue retirado a las pocas horas de su publicación. Desde entonces, varios artículos de autores chinos han tenido el mismo destino. Voces silenciadas que pusieron la propia vida en peligro intentando revelar al mundo la verdad sobre el origen del virus.

Pero volvamos a los murciélagos.

El encargado en jefe de la caza murciélagos en China es un empleado del CCPE llamado Tian Junhua. El trabajo a tiempo completo del Sr. Tian desde 2012 ha sido acopiar virus de murciélagos con fines de investigación. Durante todos estos años, reunió miles de murciélagos vivos, así como incontables muestras de orina de murciélago y heces, de cuevas a más de 900 kilómetros de distancia de Wuhan. Los pequeños mamíferos obviamente no llegaron a esa ciudad por sus propios medios, sino que fueron atrapados y transportados a los dos biolaboratorios por el afanoso Sr. Tian. Como señalaron irónicamente los dos Drs. Xiao, “La probabilidad de que los murciélagos hayan llegado volando al mercado de Wuhan era muy baja”.

Como resultado de los esfuerzos del Sr. Tian y otros, China se jacta ahora de haber “tomado la iniciativa” en la investigación mundial de virus. Afirma haber descubierto más de 2.000 nuevos virus desde la epidemia del SARS Coronavirus en 2003. Para tener una idea de la magnitud de este emprendimiento de China, el número total de virus descubiertos en los últimos doscientos años es sólo de 2,284. Los frenéticos esfuerzos de recolección de China casi han duplicado el número total de virus conocidos, e incluye cientos de nuevos y potencialmente peligrosos coronavirus.

Son muchísimos patógenos potencialmente dañinos sobre los cuales hacer seguimiento. Además de ser un enorme stock de coronavirus sobre los cuales se pueden extraer partes y piezas cuando uno está buscando convertir un coronavirus letal en uno mucho más letal.

Y eso parece haber sido exactamente el objetivo hasta finales del 2019 de un grupo de investigadores en el Instituto de Virología de Wuhan, dirigido por una mujer llamada Shi Zhengli.

Todos sabemos lo que pasó después.

La Tecnología

Shi Zhengli obtuvo su maestría en el Instituto de Virología de Wuhan en 1990. Luego hizo un doctorado en Francia y regresó al IVW para dirigir el proyecto de investigación de coronavirus en murciélagos. Si el Sr. Tian es el batman de China, la Dra. Shi es la batichica.

Algunos de los artículos publicados por la Dra. Shi y su equipo de virólogos describen la presencia natural de SARS coronavirus similares al SARS original del 2003 que, al igual que éste, podrían infectar directamente a los seres humanos

Pero el grupo del Dr. Shi no se limitó a estudiar solamente los coronavirus existentes. También hacían ingeniería genética para modificar los existentes y crear nuevos virus. En un artículo publicado en 2008 en el Journal of Virology, junto con su equipo describieron cómo estaban modificando genéticamente los virus similares al SARS de los murciélagos de herradura para permitirles utilizar la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) y así ser capaces de penetrar las células humanas.

Es decir, el equipo de Shi ya lleva más de 10 años creando nuevos y mortales coronavirus. Insertaron esa parte del peligroso virus SARS capaz de infectar a seres humanos en un segundo coronavirus de murciélagos, que luego de su ingeniería genética, ya era capaz de atacar células humanas al igual que el virus SARS original.

Sin embargo, recrear un nuevo virus SARS tan solo fue el  primer paso. Shi y su equipo fueron traspasando todos los límites con el objeto de crear nuevos y potencialmente aún más mortales coronavirus. Para ello necesitaban una nueva y más avanzada técnica recombinante. Esta puede haber sido la investigación en curso de la Universidad de Carolina del Norte dirigida por el Prof. Ralph S. Baric.

Baric había desarrollado una técnica para producir rápida y fácilmente lo que él llamó “clones infecciosos”. Esta técnica permite perfectamente lo que Shi y su equipo se habían propuesto: tomar coronavirus de murciélagos herradura y realizar la ingeniería genética para infectar más fácilmente células humanas

Pero uno puede preguntarse. ¿Cuál era el propósito para que Baric, o alguien, desarrolle una cosa así?

Baric lo explica así: “En 2013, los SARS con potencial emergente (de contagio a seres humanos) como el Coronavirus se descubrieron en murciélagos de herradura y se encontró que estaban a punto de entrar en seres humanos… los coronavirus con este potencial emergente (COV) constituyen una amenaza mundial que requiere una intervención inmediata. Intervención Inmediata significa tener la capacidad de generar, cultivar y manipular genéticamente COV infecciosos para evaluar rápidamente los mecanismos patógenos, la permisibilidad del huésped y del tejido, y postular formas eficaces de terapéutica antiviral”.

Todas estas frases como “coronavirus con potencial emergente de contagio”,  “a punto de entrar a seres humanos”, “amenaza global”, “requiere intervención inmediata”, suena muy siniestro pero en el fondo no lo es. Lo que la gente necesita entender es que el buen profesor Baric está hablando de coronavirus que en realidad todavía no habían infectado a un solo ser humano vivo. Más bien, está hablando de coronavirus que podrían, posiblemente, quizás en algún momento en el futuro, hacer el salto de los murciélagos a los seres humanos. O quizás no. Probablemente nunca.

Esto significa que la frase “coronavirus con potencial emergente” en el mejor de los casos es engañosa, o en el peor de los casos es una ficción. Es una ficción porque ni el Prof. Baric, ni la Dra. Shi Zhengli, ni ningún otro investigador está en capacidad de asegurar que alguno de estos virus naturales sería capaz de infectar a un solo ser humano en el futuro.

En cualquier caso, el Prof. Baric se complace en informar, citando su propia investigación, que “gran parte de la investigación [coronavirus] en los últimos 15 años ha sido posible debido a la capacidad de generar clones infecciosos utilizando plataformas de genética inversa altamente eficientes, junto a sólidos modelos de enfermedad humana en animales pequeños”.

En otras palabras, Baric y su equipo emplearon la técnica que crearon para construir fácilmente coronavirus no naturales y ver si infectaban y mataban ratones. La Dra. Shi Zhengli colaboró con Baric en la realización de algunas de estas investigaciones, como se destaca en un artículo de 2015 en a revista Nature Medicine en el que se analizaba si los coronavirus de murciélagos potencialmente capaces de infectar seres humanos

Una persona cuerda podría preguntarse si la creación en laboratorio de nuevos patógenos peligrosos podría no ser una buena idea. Sobre todo si  la humanidad no tenía inmunidad adquirida para ellos, ni vacunas, ni terapias farmacológicas. Los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. bajo la dirección del Dr. Anthony Fauci, sin embargo, financiaron inicialmente la investigación del Prof. Baric.

Pero luego el Dr. Fauci evaluó mejor la situación. Así que a finales del 2014, envió una carta a la Universidad de Carolina del Norte, notificándoles que el proyecto de investigación del Prof. Baric podría estar violando una nueva moratoria sobre los estudios de virología riesgosa que involucraran virus de influenza, MERS y SARS

La carta y el documento adjunto de la oficina de “Emergencia de Salud Pública” de Human Health Services ordena poner en pausa la investigación de “Ganancia de Función” en coronavirus tipo SARS. ¿Qué es precisamente esto de investigación “Ganancia de función”? El documento la define como “investigación que mejora la capacidad de un patógeno para causar la enfermedad… confiriendo atributos a … SARS [coronavirus] de manera que el virus resultante haya aumentado la patogenicidad y/o la transmisibilidad (a través de la vía respiratoria) en mamíferos. … [que] puede entrañar riesgos de bio-seguridad y bio-custodia”.

La razón científica original para “mejorar” la capacidad de ciertos coronavirus para infectar y matar a los seres humanos era estar un paso adelante de una pandemia real. Era como si hubieran dicho: “Crearemos super bichos en el laboratorio y aprenderemos a derrotarlos desarrollando terapias farmacológicas y vacunas. Entonces cuando el próximo super bicho emerja de la naturaleza, estaremos listos.”

Pero qué pasa si se crea un nuevo super bicho en el laboratorio y, antes de haber ideado una defensa contra este, se escapa del laboratorio. ¿Cuáles son las consecuencias?

Las consecuencias de desencadenar tal coronavirus “mejorado” en el mundo -un patógeno para el cual los seres humanos no tenían defensas naturales, y para el cual la ciencia humana no tenía tratamientos o vacunas- son incalculables.

Recién el 29 de diciembre de 2017, National Institutes of Health – NIH dio cuenta que suspendía la pausa en dicha investigación. Es decir, 3 años después, pero NIH la reemplazó por lo que llamó “una fuerte supervisión” ponderando “los méritos científicos y los beneficios potenciales”, así como el “potencial para crear… o utilizar un mayor potencial patógeno pandémico.”

En otras palabras, pusieron freno a la peligrosa investigación sobre “ganancia de función” que se estaba haciendo en EE.UU. por temor a “crear” un patógeno que podría causar una pandemia si se filtraba del laboratorio. Las autoridades en EEUU decidieron que los riesgos asociados con tales investigaciones no compensaban los beneficios.

En China no tuvieron el mismo criterio. En el laboratorio de la Dra. Shi, la creación de “patógenos peligrosos de potencial pandémico” aparentemente avanzó sin pausa ni supervisión efectiva. La China comunista no se caracteriza por su preocupación por el cuidado y respeto de la vida humana.

Si actualmente estamos lidiando precisamente con el mismo tipo de coronavirus mortales e infecciosos similares al SARS que los científicos han estado creando en el laboratorio durante al menos los últimos diez años, no es descabellado preguntarse si el Coronavirus de China fue fabricado en un laboratorio. ¿Es acaso un virus natural o es uno de los brebajes de la mujer murciélago?

Prácticamente todos están de acuerdo en que el Coronavirus Chino, SARS-Cov-2, se filtró del laboratorio de la Dra. Shi. Pero yo sugeriría que el propio virus es el producto de la investigación de la “ganancia de función” en la que su potencia fue artificialmente “mejorada” para hacerla más infecciosa y más letal usando técnicas recombinantes primero desarrolladas en los EE.UU., tal vez en el laboratorio del Prof. Baric. Todo parece indicar que la fuga fue un accidente pero la “mejora” fue deliberada.

El 30 de marzo de este año, se agregó una inusual “Nota del Editor” sin firma al artículo original de Shi y Baric en la revista Nature Medicine. La nota extrañamente redactada decía: “Somos conscientes de que este artículo se está utilizando como base para teorías no verificadas de que el nuevo coronavirus causante de COVID-19 fue diseñado. No hay evidencia de que esto sea cierto; los científicos creen que un animal es la fuente más probable del coronavirus.”

En realidad, la “fuente más probable” del coronavirus no es sólo un animal sino dos, cuyas especies distintas pero relacionadas de coronavirus fueron aisladas de sus huéspedes y luego ensambladas en el laboratorio usando tecnología recombinante para crear una variedad nueva y mucho más infecciosa.

 

 

*Steven W. Mosher @StevenWMosher es Presidente de Population Research Institute y autor de “Bully of Asia: Why China’s Dream is the New Threat to World Order”.

 

 

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