
Nos enteramos con profundo pesar que, en Trujillo, se ha producido un acto que atenta contra uno de los principios más fundamentales de la vida civilizada: la libertad religiosa. El movimiento “Rosario de Hombres”, una iniciativa que ha cobrado una dimensión internacional y que llegó a Perú hace tres años, ha enfrentado obstáculos significativos en esta ciudad para el simple acto de reunirse a rezar.
Este movimiento, que promueve la oración del Rosario en plazas públicas como un acto de fe y unión fraternal, ha sido recibido con entusiasmo en diversas partes del país, permitiendo a los hombres católicos expresar su devoción colectivamente. Sin embargo, la Municipalidad de Trujillo ha decidido impedir que esta práctica se lleve a cabo en la emblemática Plaza de Armas.
Condiciones como estas no solo son una afrenta a los participantes del “Rosario de Hombres” sino que representan una violación directa de los derechos humanos reconocidos tanto en la Constitución Política del Perú como en tratados internacionales de derechos humanos. La libertad de culto y la libertad de expresión son pilares esenciales para una sociedad libre y plural, y deben ser protegidos sin distinción, más aún en un país mayoritariamente católico.
La decisión de la municipalidad es particularmente lamentable si consideramos que el “Rosario de Hombres” no solo busca fortalecer la espiritualidad de sus participantes sino también promover valores cristianos entre los ciudadanos. Este acto de oración no afecta el derecho ni la libertad de nadie.
El hecho de que la municipalidad haya tomado medidas para impedir una práctica religiosa pacífica y pública en el corazón de la ciudad plantea serias preocupaciones sobre la dirección que está tomando el respeto a las libertades individuales en Trujillo. ¿Es este el comienzo de una tendencia hacia la restricción de la expresión religiosa en espacios públicos? La historia nos ha enseñado que la represión de la fe solo lleva a divisiones y conflictos sociales innecesarios.
Las autoridades de Trujillo deben reconsiderar su posición, a dialogar con los organizadores del “Rosario de Hombres” y a garantizar que todos los ciudadanos puedan ejercer sus derechos religiosos libremente, respetando la convivencia pacífica.
Este incidente no solo afecta a los fieles católicos, sino que envía un mensaje preocupante sobre la libertad religiosa en el Perú
Compartimos el comunicado de los representantes de Rosario de hombres – Perú.
Quien es el alcalde y el funcionario que tal han hecho? Para que pidamos incluirlos en nuestras oraciones y obre Nuestra Señora algunos prodigios a su vista y deben de perseguir. No cabe duda que la ciudad ha sido tomada por el enemigo de nuestras almas, por qué quien sino podría oponerse a que 100 hombres arrodillados repitan Ave Marías? A quien le molesta tanto las plegarias, quien recibe cada una de estas invocaciones como dardos venenosos.