La columna del Director

ARZOBISPO DE LIMA: ¡QUE LOS NIÑOS NO VENGAN A MI!

Por: Luciano Revoredo

Alguna vez conversando con un sacerdote amigo, uno de los que participaban de la charla, por caer simpático al cura, dijo que era un fastidio que haya tanto niño en la Misa, que no dejaban prestar atención y a veces molestaban con ruidos y hasta llantos.

El sacerdote dejo la taza de café, guardo silencio un momento y dijo muy seriamente: “Nunca vuelvas a decir eso. Cuantos más niños haya en Misa, más viva estará la iglesia, el día que no haya niños la iglesia estará en proceso de extinción”.

Y cuanta razón tenía, los niños son la señal de que la tradición se mantiene, que la fe se transmite, que hay familias jóvenes en la iglesia.

Debemos recordar como el propio Jesucristo reprendió a aquellos que impedían a los niños acercarse a Él.

Este tema toma vigencia ya que, para clausurar el mes de la familia, que es septiembre, el Arzobispado de Lima anuncia una Misa especial para este domingo. Sin embargo, pide que sólo asistan los niños mayores de 10 años. Este insólito pedido ha causado una seria controversia en las redes sociales.

En su página de Facebook, la Pastoral Familiar del Arzobispado de Lima indica que la Misa se realizará en la Catedral y será presidida por el arzobispo Carlos Castillo, acompañado de su Obispo Auxiliar, Mons. Guillermo Elías. Lo que llama la atención es que en la invitación añaden: “Considerar que para esta Eucaristía sólo deben venir con niños mayores de 10 años o parejas de esposos”.

Cabe preguntarse qué busca el arzobispado con esta absurda idea. Ya sabemos que el señor arzobispo es un hombre de pocas luces y que odia la tradición. Pero en su afán progre por destruir la iglesia de Cristo cada vez va más lejos.

En estas páginas hemos denunciado su pasado vinculado a la extrema izquierda, hemos hecho públicas las declaraciones de su sobrino que lo denuncia por haberse apropiado de los bienes de su propio hermano, hemos también publicado a manera de denuncia cuantas veces se ha rodeado de personal vinculado a instituciones abortistas o feministas en cargos de confianza en el arzobispado, entre otras perlas que adornan el rosario de infamias del arzobispo de Lima.

Pero esta vez pretender que los niños no vayan a Misa ya es demasiado. Salvo que haya comprendido que su prédica puede ser perjudicial para la inocencia y la fe de estos. En cuyo caso me retracto.

 

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