Cultura

AL FIN, LA PUERTA DEL PRÍNCIPE PARA ANDRÉS ROCA REY

Por: Fernando Salgado

Y la vi en vivo y en directo. Cuántas veces estuvo a punto de conseguirlo y por circunstancias no lo lograba.

No voy a negar que hubo momentos en el sexto toro que me preocupé al ver que abusaba del toreo efectista y superficial en los primeros compases de la faena. Luego de un inicio vibrante de rodillas intercalando muletazos por alto con los cambiados por la espalda rematados con un largo pase de pecho ya de pie, vinieron unas series ligadas en línea recta sin la profundidad que hace vibrar al tendido y abusando del pase por la espalda que lo saca como un as bajo la manga cuando el público se adormece. El toro tuvo nobleza y repetición así que había que aprovechar esas virtudes. Buena serie al natural bajando la mano y luego dos series con la derecha de seis o siete pases cada una, arrastrando la muleta por la arena ligados con sendos pases de pecho que hicieron parar de sus asientos a muchos espectadores. Estocadón en todo lo alto. Esa era la forma de conseguir cortar las dos orejas que necesitaba y así lo hizo.

Su primer toro se acabó pronto y Andrés se metió entre los pitones obligando al toro a embestir. Podemos decir que le arrancó una oreja después de aguantar miradas y parones, empujar cuan largo tiene el brazo a seguir la muleta. Hubo petición de oreja y el juez la concedió.

A José María Manzanares le tocaron en suerte dos buenos toros, los de mayor movilidad y trasmisión que no aprovechó del todo. Con su primero estuvo aseado pasándolo sin mucha apretura. Con el quinto estuvo inteligente atacando y apretando cuando debía y dándole los tiempos necesarios para que el animal recuperara aliento. En ambos falló estrepitosamente con los aceros.

Urdiales bailo con el peor lote. Nobles como toda la corrida pero desfondados. Nada pudo hacer con el jabonero primero atacado de kilos que se paró pronto y poco con el cuarto que brindó al público, no sé porque, que embistió a la defensiva. Tampoco acertó Urdiales en los terrenos y distancias tal vez condicionado por el viento que sopló toda la tarde.

Los toros de Cuvillo nobles, descastados, varios sin fondo y apenas fuerzas.

Hay que resaltar la magnífica actuación de los picadores esta tarde y que a Antonio Chacón le tocaron la música luego de parear al sexto toro.

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